27.11.13

Shamsia 23

Mi pensamiento ahora mismo es una tormenta de desastres contrapuestos. Ahora que lo veo escrito me parece que necesita una explicación, aun cuando escribo esto para mí. Nunca estará en una carta o en un informe. Sólo lo escribo porque mi pensamiento es ahora mismo una tormenta de desastres contrapuestos. No es que tenga que escoger la mejor opción, todas son malas. Tampoco es que tenga que optar por la menos mala, todas son desastrosas. Lo piense como lo piense todo lleva a un camino lleno de fracaso y dolor de alguna clase.

Ya es evidente. Amo a esta mujer de tal forma que simplemente no puedo pensar en no estar con ella. Y ella, oh, la Rosa me asista, me corresponde. No sé si tan profundamente como yo a ella. Realmente ella me supera en muchas cosas y no me atrevo a decir que puedo ver detrás de sus palabras, detrás de su superioridad en experiencia y carácter. Ella es mejor que yo. O tal vez pienso eso porque estoy enamorado. No lo sé. Ella me parece mejor que yo. También es una mujer de más edad. Sólo con esos dos inconvenientes este sentimiento es un desastre. Que un hombre piense en emparejarse con mujeres de mayor edad no es algo que se considere de persona de bien, que esa mujer sea superior a él, en inteligencia y carácter, sólo complica mucho las cosas. Y todo eso sin considerar quién soy yo y cuáles son las circunstancias.

Soy su entrevistador, maldito sea el destino. Ni siquiera me preocupo ya por mi propio destino, pero es que el de ella quedaría claramente perjudicado si se supiera. Ya han echado del programa a gente por una situación parecida, no la misma, claro, porque en este caso es real, no algo que el candidato haga para recibir un trato de favor, pero eso da igual, porque parecerá lo mismo. Dejar de ser su entrevistador, se me hace muy duro, y es probable que acabe en cualquier caso en el mismo problema, para ella y para mí. Si renuncio ahora lo investigarán, eso seguro. ¿Quién iba a renunciar voluntariamente a ser el que aceptó y unió al Liceo a la que es probablemente el hechicero con más potencial de los últimos siglos? Y cuando investigasen sabrían lo que siento ahora, y sospecharían igual.

He llegado a pensar en huir. Dejarlo todo. Mi posición y hasta mi familia, porque no creo que mi madre lo entendiese, y marcharme a algún lugar donde nadie nos conozca e irme con ella. ¿Aceptaría? Tal vez, parece que me corresponde, pero ella quiere estar aquí. Desea ser de los nuestros. No puedo proponerle que nos vayamos, sin nada, a recorrer el mundo como ella ha hecho hasta ahora. Ella ya no quiere eso. Ella quiere ser una hechicera, una estudiante del Liceo.


¿Qué hago entonces? Tan sólo no hacer nada es lo que parece tener sentido. Si el destino me ha llevado hasta aquí, tal vez el destino encuentre una solución que a mí se me antoja imposible. Tal vez la Rosa Resplandeciente haya traído esta mujer y este sentimiento para cubrirnos de felicidad a los dos. ¿Por qué no? Dios es orden y amor, ¿no?

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