28.6.17

Jam del Mar (y final)

Al final no he podido completar la obra (y ni de coña la termino de aquí al viernes), la añadiré a mi pila de proyectos de I7 a terminar algún día.

A modo de compensación os copio aquí la intro de la historia:

La guerra ha terminado, porque habéis sido derrotados.
Ni las altas murallas de la Vieja Ciudad del Ponto, la eterna Poliqueroesa, ni el valor de los descendientes de Alejandro, ni la fiereza de los lugiones, ni la pólvora de los líberos viajantes, ni la pureza de la Iglesia, ni el hierro forjado de los rollones pudieron detenerlos; pues el destino que ellos parece ser gobernar todo aquello que esté bajo su dios, Tengri, el Cielo.
Pero aún quedaba la Más Grande de las Naciones, o eso pensábamos. ¿Cómo podía sucumbir la Sacra Gudilia ante una horda de salvajes iletrados e impíos? ¿No era acaso la nuestra la nación que descendía de los Hombres Altos? ¿No era acaso la descendiente de los Hombres del Pelo de Mara? ¿No dominábamos por encima de las otras naciones maranas las ciencias y la hechicería? ¿No éramos los herederos del Primer Templo, del enrejonado de los grifos y los dominadores de las naves del cielo?
Habíamos cruzado el Mar Ancho, sobrevolando sobre los monstruos arrojados allí por los viejos dioses, habíamos encontrado las tierras de más allá y llevado la fe hasta una tierra de hombres y mujeres sumidos en la oscuridad. Éramos el pueblo nunca tocado, ¿cómo podríamos ser tocados ahora?, ¿cómo podríamos ser derrotados?
Pero lo hemos sido. Como el resto de los reinos iluminados por Mara, hemos sido vencidos por los nuevos señores venidos desde el Este. Y cómo el resto de los hechiceros tu poder ha sido extirpado por un Sacerdote Negro de Erlik y arrojado a las tenebrosas profundidades del Tártaro.
Sin tu poder no eres diferente a cualquier otro hombre. Sin tu poder no eres un peligro para los nuevos señores, y vales más libre y testigo de su victoria que esclavizado en una mina.
Por eso estás libre, de nuevo en este viejo puerto, lugar de tu infancia, al que no había regresado desde tu día del ungimiento y el descubrimiento de la luz de tu interior.
Aquí estás, de nuevo, en el destartalado puerto de Brigantia, a la vista de la Vieja Torre de los Fuegos, desprovisto de tu propio fuego, desprovisto de tu honor.

Supongo que muchos habrán reconocido que se trata del mismo mundo alternativo en el que transcurren las historias de Colonos de Tulgia. Cuentos de hierro y pólvora, pero esta vez en el lado europeo.

He reconocer que me gusta ese universo y los textos que quedan escribiendo sobre él, así que tendré que terminar esta obra, revisar la anteriormente mencionada y retornar de más formas al mismo.

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