22.12.20

Cinco décadas y cinco lustros (1)

 

No recuerdo mucho de mi primera década de vida, aunque podemos afirmar que ya por entonces era bastante friki. Mi madre dice que, ya a muy temprana edad, me gustaba una serie con 'naves' y rollo espacial: Thunderbirds. Yo no tengo ningún recuerdo de ella, pero algo debe haber de todo eso porque tenemos en casa un álbum de la serie con todos los cromos pegados. He estado buscando en qué época se emitió en España (o se reemitió) y no he logrado encontrarlo. Es imposible que la hubiese visto en la época de su emisión inglesa porque no había nacido.

Sí que tengo recuerdos de Espacio 1999 (aunque en mi cabeza era algo como Luna 1999), una serie que por lo que he podido encontrar se emitió aquí a mediado de los setenta. Es posible que no tuviese ni siete años cuando la emitieron y aún así se quedó muy marcada en mi memoria. La imagen de la base lunar (la que he puesto en la imagen de cabecera) está nítida en mis recuerdos, aunque en blanco y negro. Por alguna razón aquellos personajes y en particular Maya, la síquica, tienen un lugar persistente en mi memoria.

No mucho después parece que empezaron a emitir Mazinger Z, del que también tengo recuerdos nítidos. Claro que este frikismo es mucho más común que el de aficionado de Espacio 1999 o Thunderbirds. Recuerdo haber jugado con mi hermana al rollo de 'puños fuera' y esas locuras de la primera serie de mechas que tuvo éxito por estos lares. No creo que casi nadie haya olvidado al robot gigante con cejas rojas en el pecho o al barón Ashler. Mis cuadernos de dibujo infantiles que se han conservado están llenos de mechas que son puro calco de este.

Y es que, ya en aquella época, me 'autoeditaba'. Como podéis ver en la foto de debajo llegué a hacer tres cuadernillos cosidos a mano con mis locuras e incluso con un logo y un nombre de editorial (Editorial Flecha).


Dentro hay mapas estelares y esquemas detallados de naves o bases estelares. También ha descripciones de plantas y animales alienígenas, lenguas inventadas y alfabetos. Se ve que por aquel entonces lo del worldbuilding ya me gustaba. En la portada del cuaderno rojo hay una pegatina de 1978, así que ese cuaderno debe ser de cuando tenía ocho años.

Otro recuerdo muy vívido de aquella época es la Guerra de las Galaxias. Creo que la vimos con toda la familia muy tarde un día de otoño o de invierno, que salimos de noche del cine e iba bastante flipado con todo aquello cuando salí. Lo que no estoy del todo seguro es si es un recuerdo de esta primera década. Aunque la peli es del 77, no sé cuando la pusieron en los cines de España y no creo que fuésemos al poco de estrenarla. De todas formas en mi memoria me veo bastante canijo, así que probablemente si que es adecuado añadirla a esta década. Fuese el año que fuese, queda claro que las aventuras de Skywalker y sobre todo de Han Solo y Chebacca, también son una influencia clara en mi imaginario infantil.

Por lo demás recuerdo vagamente haber jugado en la parcela (el campo) de mi padre, la bici de ruedas blancas y gordas, haber jugado muy mal al fútbol muy brevemente (hablo de días), ser una especie de niño resabido que prefería la compañía de los adultos a la de otros niños y, claro, los problemas de salud. Recuerdo las vacunas para la alergia el polvo, los zapatos para arreglarme los pies planos y los hierros de Forrest Gump para enderezarme las piernas. Demasiadas visitas a los médicos que me dejaron una sensación de desasosiego e intranquilidad que me sigue bloqueando a veces cuando me toca ir a ver algún doctor.

La mejor parte de mi infancia eran los viajes veraniegos que mis padres hacían. Pillaban parte del dinero que habían ahorrado ese año, lo metían en la guantera y salíamos a la aventura. Sin tener alojamiento ni destino prefijado. Así es como he conocido la mayor parte de las provincias de España, siguiendo a mis padres en un coche sin cinturones de seguridad ni aire acondicionado, durmiendo en hostales baratos de carretera.

En cuanto a lecturas sé que me marcaron sobre todo los libros de Verne, sobre todo aquellos en los que aparecía el Nautilus y el capitán Nemo, que me los leí varias veces.

Lo que queda claro es que ya por aquel entonces adoraba el rollo espacial, la ciencia ficción (o al menos la space opera) y leer. Ya en aquellos años sentía enorme fascinación por los libros, por los atlas y por los lugares distantes.






1 comentario:

Ruber Eaglenest dijo...

Yo nací en el 77. Así que el recuerdo vivído que tengo es del Retorno del Jedi. En cambio todas esas series iniciales que comentas... pues no las recuerdo, ni siquiera de Mazinger Z.