21.12.22

A eso de tres días

 

Faltan tres días para que ya lleve una década en posesión de "el sentido de la vida, el universo y todo lo demás". Una década teniendo ya "todo lo demás" merece una buena celebración y un poco de reflexión, digo yo, ¿no? Es como diez veces "todo lo demás". Si no se festeja un poco estaría faltándole el respeto a los ratones en esta dimensión y muchas otras, y, la verdad, no me parece plan.

Si echo la mirada a atrás una década en este mismo blog me topo con textos deprimentes y solitarios, aunque de entre todos ellos destaca una entrada de octubre de ese año llamada 'Ecos contaminantes' y que incluyen un cuentecillo llamado 'Cuaderno de forro verde'. 

Mola el cuento. Está escrito torpemente, necesita cirugía intrusiva y radical, para pulirlo de sus graves defectos y darle un poco más de brío, pero aún así es de esos cuentos que juegan con el lenguaje de una forma que me gusta especialmente. Podéis echarle un vistazo, aunque tengo que avisar que ahora escribo bastante mejor que eso.

Mi ánimo este año no es tan deprimente ni tan derrotista como el que tenía en ese cuento, que, por cierto, no es de hace diez años, sino que, por lo que dice la entrada del blog, es de hace veinte. Hay muchas cosas que he olvidado de lo que pasaba hace veinte años, otras no. Fueron tiempos complicados, enamoradizos y frustrantes, de mis incipientes treinta. Me llevé muchos chascos y decepciones, pero precisamente esos fracasos me llevaron a retomar la pluma que había dejado olvidada en los cajones de mi adolescencia y eso fue para bien, o eso espero. Ahora, con la magnífica edición que ha hecho Noa de mi novela Virginis 61, en la mano aquellas frustraciones no parecen tan pesadas.

No sé si el libro gustará o no. Sé que puede ser problemático por varias decisiones que tomé al escribirlo. Sé que algunos lo devorarán y a otros se les hará bola. Pero lo que también sé, es que lo he revisado y revisado con la mayor atención y el mayor cariño posible y que he tenido la inmensa suerte de contar con un magnífico corrector, maquetador y una excelente portadista y se lo agradezco a los dos.

Os he dejado arriba la portada 'inspiradora' que usé para motivarme mientras escribía el primer borrador en el año 2019. De esa foto, sobre todo de esa mirada, salió todo.

Aún me falta hacer el resumen de este último año. Otro día os lo hago.

1 comentario:

Johan Paz dijo...

El nuevo juguete popular de inteligencia artificial es bastante impresionante, pero no se parece mucho a lo que yo imaginaba para el futuro de los relatos interactivos. Tu descripción de la sensación que has tenido y que has contado en el foro, la de de 'estar jugando a rol' con un niño, es bastante acertada y coincide con los que me han contado otros tras intentarlo en varios ámbitos.

En el fondo es así como la han entrenado, para que conteste con algo creíble poniendo ganas y buen ánimo aunque no tenga ni idea.

El hecho de que ya parezca un niño con poca experiencia hablando de cosas que no sabe, es realmente impresionante y puede ser la base de algo más útil en el futuro.

La pasión con la que la gente la ha acogido y el hecho de que se publiquen artículos sobre 'lo que opina', como si fuese una persona, es triste y peligroso, ya que en el fondo solo es un papagayo muy entrenado que nos devuelve nuestras propias opiniones como en un espejo. Es como hacer una cata, una media, del conocimiento volcado en las redes a día de hoy y ponerlo a hablar. No un oráculo con conocimientos reales y mucho menos 'verdades'.

Tengo pendiente hacer un artículo sobre todo el asunto.

En cuanto a los relatos interactivos he perdido completamente el interés en ellos. El mundillo se ha transformado en un nicho de gente hablando de retrotecnología que aún los llama 'aventuras conversacionales' y publica 'revistas' con 'novedades' que son como las que teníamos en los ochenta (y de eso hace casi cincuenta años).