12.10.23

Una conferencia y dos novelas de Ian McEwan

 

Una amalgama no es lo mismo que una aleación. O, tal vez depende del contexto. Si busco en la RAE dice:

amalgama

Del b. lat. amalgama.

1. f. Unión o mezcla de cosas de naturaleza contraria o distinta.

2. f. Quím. Aleación de mercurio con otro u otros metales, como oro, plata, etc., generalmente sólida o casi líquida.

¿Entonces una aleación de mercurio sí es una amalgama? En la wikipedia hay más detalles aún:

El término amalgama puede referirse, en esta enciclopedia:

* en la gramática, es una forma coloquial o metafórica de referirse a cualquier mezcla, ya sea de cosas o de personas (por ejemplo, una coalición o un mestizaje).

* en la química, es la mezcla homogénea de dos o más metales, aunque en la mayor parte de los casos se denomina aleación (ejemplo típico de la disolución de un sólido en sólido), especialmente cuando uno de los metales es el elemento mercurio (en condiciones normales, en estado líquido).

y unos cuantos usos más... Yo siempre había imaginado la amalgama como una mezcla de cosas, a menudo contradictorios (primera acepción), que en general resultaba mal ligada, frágil, incluso quebradizo. Mientras que en mi cabeza una aleación era una mezcla de productos que generan un material más útil, superior, más resistente (como el bronce o el acero).

Me acerqué a este autor porque me topé con una conferencia o mini-ensayo titulado El espacio de la imaginación. Al leer este ensayo me sentí no solo muy identificado, sino interesado. Sobre todo su idea (sacada de Orwell), de que la buena literatura tiene que aposentarse en el detalle cotidiano de la vida diaria. Os recomiendo leer o escuchar este mini-ensayo. 

Conmovido por esta conferencia me puse a revisar la obra del autor y escogí (claro), Máquinas como yo, que parecía tratar de IA y que, con un poco de suerte, sería una obra de ciencia ficción. Nada más empezar me encontré, aparentemente, con una ucronía en la que el punto Jonbar, surgía en la decisión de Alan Turing de no suicidarse. Wow. No había más remedio que leerla entera con ese planteamiento.

Lamentablemente no se trata de una ucronía en realidad. Para empezar esa única modificación en el devenir de la historia no parece suficiente (por genial que consideremos a Turing) para generar un adelanto de casi un siglo en el desarrollo del objeto diferencial principal de la obra (un humanoide artificial que, aparentemente, es una AGI). Estamos todavía a bastantes décadas de distancia de tal logro (por prometedores y listos que parezcan los nuevos chat bots, o los LLMs, si preferís) y una única persona no puede abarcar el enorme conjunto de campos tecnológicos necesarios para adelantar en cien años (o más) un avance tal. Un humanoide dotado de AGI no solo requiere una mejora sofisticada de la ciencia cognitiva o computacional (algo que puedo aceptar que Turing hubiese impulsado), sino que quiere increíbles mejoras en miniaturización de electrónica, baterías, sensores, visión artificial, motores, ciencia de los materiales, etc. 

El autor intenta justificar todo ese cambio a través de una suerte de novum central muy acertado: la resolución por parte de Turing del problema de P vs NP. Personalmente sospecho que P vs NP es indemostrable, pero me parece que aportar por su solución como novum de una novela de ciencia ficción de corte social es un enorme acierto. El problema es que esta novela no es una novela de ciencia ficción, como lo entiendo yo, es decir, no parte del novum (en este caso la resolución del P vs NP) y va mostrando la consecuencias de tal mejora o descubrimiento. Tampoco es una ucronía pura, en lugar de centrarse en un punto Jonbar (un Alan Turing vivo y activo), para desarrollar sus consecuencias, usa muchos puntos Jonbar diferentes (Alan Turing vivo, unos Beatles que no se separan, una guerra de las Malvinas que pierden los ingleses y un montón más), para seleccionar una Inglaterra pasada alternativa, como si se tratase de una obra de retrofuturismo, un país imaginable que el autor decide usar como escenario de su novela más como un escenario que le apetece usar que como una especulación en tono de ciencia ficción a partir de elementos diferenciales.

Esta arbitrariedad para mí debilita mucho la obra. La transforma en una amalgama endeble, en lugar de la aleación que entiendo que sugiere Orwell en el ensayo que da pie al ensayo de Ian McEwan. En lugar de canalizar el tema y el novum a través de lo cotidiano, esta obra crea un escenario de elecciones arbitrarias para mostrar una alegoría que se debilita, una historia que probablemente estaría mejor contada en forma de novela realista. En lugar de tener una obra especulativa más o menos rigurosa, nos encontramos con un escenario difícilmente creíble que funciona como alegoría de la situación del Reino Unido de nuestros días, y, para mí, una potencial obra de ciencia ficción interesante (aunque muchos de los temas con los que ensaya el autor ya había sido visitado mucho antes por otros autores), en una reflexión totalmente anglocéntrica que no me puede interesar menos.

Como me gusta darle varias oportunidades a todos los autores, me he leído después Ámsterdam, del mismo autor. Esta novela no pretende ser de ciencia ficción y se nota que el autor está mucho más cómodo, se maneja estupendamente con las herramientas que decide usar y acaba siendo una lectura bastante recomendable, excepto el final que no me ha gustado nada: me ha parecido forzado y artificioso. 

Eso sí, de nuevo es una novela totalmente anglocéntrica.

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