19.11.23

Los festivales literarios a los que he ido este año

Este año quería ir por primera vez a algunos de los festivales de literatura de género de los muchos que hay a lo largo y ancho del país. Tenía claro que quería ir a la Hispacón que se celebraba en Zaragoza, que para eso soy miembro de Pórtico desde hace ya bastante. También tenía bastante claro que quería darme una vuelta por el Celsius 232 al que mi amigo David va todos los años. En este caso mi idea era seleccionar un par de días del evento e ir allí solo ese tiempo, pero un defecto que he descubierto que tienen todos estos eventos es que el programa no se hace público hasta muy poco tiempo antes de que arranquen y, al mismo tiempo, el alojamiento resulta imposible de encontrar si se espera hasta el último momento. Total que me resultaba imposible determinar qué días iban a ser más o menos interesantes, así que finalmente opté por ir todos. Lo mismo me pasó en la Hispacón. Un dineral, sinceramente, sobre todo contando con que intento no viajar en avión siempre que es posible (que contamina demasiado) y llegar hasta Avilés en tren desde Cádiz exigió que pasase una noche en Madrid a la ida y a la vuelta. Ya abiertas las compuertas del despilfarro, he acabado el año pasando casi todos los días que duró el 42 en Barcelona.

Lugar

De los tres eventos el lugar más agradable, más proclive a los paseos y a las charlas con cerveza o café, es sin duda el Celsius 232. Avilés es una ciudad pequeña, húmeda, verde, que se puede caminar de extremo a extremo sin dificultad y al que como mucho le falta una playa en la que pasar alguna tarde o mañana. Tenéis restaurantes de todo tipo, en los que daros una panzada de comer, incluso si estáis intentando evitarlo como yo lo estaba. El evento se desarrolla en el mismo centro de la ciudad y no es complicado encontrar un alojamiento relativamente cercano.

La Zaragoza de la Hispacón me gustó mucho. Hacía años que no pasaba por allí, y los ratos libres que me dejó el encuentro, pude aprovecharlos para visitar no solo los monumentos típicos (basílica y demás), sino también los yacimientos romanos que están muy bien organizados, así como para dar largos paseos junto al Ebro. La zona de picoteo del Tubo, también resulta agradable para para comer y para pasar el rato.

El 42 me pareció en este sentido el más flojo. El lugar en el que se celebra está bastante apartado del centro de Barcelona y solo la primera mañana tuve la oportunidad de ir caminando para ver la Sagrada Familia y el Parque Güell. Además en Barcelona hay que pagar (y no barato), para verlo todo. Lo de sentarse para comer o tomar unas cervezas es más complicado que en los otros dos eventos, e incluso la cantina del lugar en el que se desarrolla estaba a menudo demasiado lleno. Finalmente las salas en donde se desarrollan las conferencias y presentaciones tienen una estructura de fábrica, con columnas de hierro que a menudo dificultan la visión.

Organización

Las tres organizaciones estuvieron a la altura. Las tres tenían programas en papel con las charlas o presentaciones según día y hora. En el de Hispacón no tenían las salas en las que ocurrían las charlas, así que no servía de mucho. En el Celsius lo tenían bien organizado con una aplicación que te descargabas en el móvil. En el 42 aunque el programa tenía horarios, días y salas (en catalán eso sí), alguna vez la sala cambió y tuve que irme corriendo al nuevo destino.

Cuartos de baño y demás bien. La zona de las editoriales en el Celsius es la más organizada (con stands separador por editorial), la de la Hispacón el espacio reservado un tanto estrecho, la verdad, y finalmente en el caso del 42, me pareció un poco más flojo.

Los eventos extra más chulos en el Celsius con la ventaja de que tienen un parque enorme donde poder hacerlos. La parte de partidas y demás, estaba mejor organizado en la Hispacón, en el Celsius no me enteré de cómo iba la cosa, mientras que en la Hispacón tenían aplicación y todo para apuntarse a las partidas. En el 42 no había nada de eso.

El mejor firmódromo el del Celsius.

Contenido

La parte que me parece más interesante (a mí, si vas a buscar firmas o beber cervezas con conocidos ya es otra cosa) son las charlas. En ese sentido la Hispacón me pareció el mejor por goleada. Hubo varias charlas que me parecieron interesantes y había muchas menos presentaciones de libros. La mayor parte de las charlas en el Celsius son presentaciones de obras o de escritores. A pesar de que tienen una carpa exclusivamente dedicada a las presentaciones de novedades editoriales, lo cierto es que en el resto de las salas muchas de las 'charlas' eran en realidad presentaciones. Esto me pasó también en el 42 y de hecho allí, en Barcelona, esto me frustró más, no sé si porque ya iba un poco harto de presentaciones de las otras dos o porque muchas de las charlas tenían títulos falsos interesantes, que luego se ignoraban. Por ejemplo la charla de steampunk del 42 se llamaba EL NUEVO BOOM DEL STEAMPUNK: ¿UTÓPICO, DISTÓPICO O UCRÓNICO? tema que me pareció interesante, ya que considero al Steampunk como retrofuturismo y por lo tanto ninguna de las tres cosas, o, como mucho, la última. Durante la charla se habló mucho de Steampunk, pero no se tocó en realidad el tema y sí que se presentaron (incluso con resumen de obra) de los libros de los autores invitados.

A cambio en el 42 hubo unas cuantas charlas muy interesantes, como la inaugural o la de literatura árabe.

En resumen

El Celsius es un buen lugar para ir a conocer autores, obras nuevas o conseguir firmas, además tendrás la oportunidad de conocer Avilés si no has estado nunca. 

La Hispacón de este año ha estado bien, pero cada año va a un sitio diferente, así que irá variando.

El 42 tiene una vocación más seria, las charlas son aparentemente de más enjundia, pero lo cierto es que se dedica demasiado tiempo a presentación de autores y obras.

¿Y el año que viene?

Yo el año que viene solo voy a ir a la Hispacón, que se va a celebrar a un paso de mi casa. El Celsius está bien, pero me pilla muy a trasmano y es demasiado largo. Similarmente me ocurre con el 42. 

Creo que en el futuro me seguiré pasando por las Hispacones y cada cierto número de años me acercaré algunos días del Celius, aunque, si siguen sin publicar con tiempo los programas, resultará imposible.

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