16.11.11

Muerte de sueños

Ultimamente estoy triste por muchas razones, incluyendo que creo que en el futuro mi trabajo parece que se va a encaminar hacia temas que claramente no me interesan, pero no me parece que haya nada más triste que la Muerte de Europa, así con mayúsculas las dos palabras.

Recuerdo que cuando era un adolescente de instituto allá en Cádiz, había muchas cosas que no tenía demasiado claras, pero tenía muy claro que quería ser 'europeo'. Recuerdo que acababa de 'entender' la cuántica, y decidido que sólo la interpretación de los múltiples mundos/múltiples mentes tenía sentido. Recuerdo que ya era ateo pero que estaba refinando aún mis razones para serlo -aún no tenía fe en la no existencia de dios, como tengo ahora. Recuerdo que era básicamente comunista, porque aún tenía esperanza en los estados centralizados y racionalizados, no como ahora que soy básicamente anarcocolectivista. Pero sobre todo recuerdo tener pequeñas banderitas de la unión (que en aquel entonces era la CEE), porque esa bandera azul con estrellas amarillas me llenaba de esperanza ante el futuro. Nunca me sentí egpañol -quién iba a decir que iba a soportar pasar en Madriz más de 20 años-, sino europeo, andalú y especialmente gaditano. Y también recuerdo mi abierto antiamericanismo, esos mamones que tenían la jodida base ahí mismo para que fuésemos los primeros en morir cuando llegase la guerra nuclear (sí, lo de la guerra nuclear como algo seguro era una de las cosas que tenía claro en mi infancia), un abierto antiamericanismo que nunca me ha abandonado y que no ha hecho más que crecer con los años.

La caída de los bloques en su momento me dejó algo sorprendido, y la declaración del fin de la historia sobre todo me dejó desesperanzado, pero al menos entonces el Este parecía que se abría hacia Europa. De nuevo la bandera azul con estrellas me traía la esperanza, tal vez una esperanza en forma de una Europa de las regiones, mucho más racional que una Europa de los estados -organizados al rededor de las dinastías reales herederas de los señores de la guerra bárbaros que destruyeron el Imperio Romano.

Pero ya veis. Tras los fracasos de dotarnos de una auténtica Constitución común, ahora este crack de principios del s.XXI, en lugar de alentar una revisión del sistema económico como se apuntó al principio, ha devenido en la destrucción del sueño democrático de una europa en común liderada por los ciudadanos, sometido al férreo collar de la ortodoxia economica, y no parece ya remota la posibilidad del retroceso completo de los escasos avances de unión.

Desde luego envejecer es ir viendo la muerte de los sueños.

2 comentarios:

Herel dijo...

"Una Europa única para gobernarlos a todos..."

JMW dijo...

Quien sabe, los giros de la historia sorprendieron a aquellos que los vivieron, puede que esta crisis lleve un debilitamiento de los estados tan grande que sirva como demoledor de soberanías, al menos de las más débiles. Quizás lleve a un retroceso en las libertades individuales tan fuerte que sirva como revulsivo para un movimiento ciudadano más poderoso, que si es 'inteligente' consiga el sueño europeo para la generación aún por nacer. La Unión es muy joven, es de esperar que sufra crisis y ataques que la pongan a prueba, Roma quizás no hubiera sido lo mismo sin Aníbal.