Los relatos escritos deben poseer un buen 'ritmo'. El ritmo es la 'sensación' que se tiene al leerlo. Esta sensación puede ser más o menos rápida, agresiva o por lo contrario pausado o aún soporífero. Es importante que el ritmo del relato sea el adecuado para aquello que cuenta. Al imprimir el ritmo adecuado el lector se 'contagiará' de las sensaciones de los protagonistas de forma más intensa y por lo tanto disfrutará mucho más de la experiencia lectora.
El ritmo es uno de los elementos más complejos de conseguir en un relato, ya que no hay reglas demasiado fijas sobre cómo conseguirlo, aunque hay elementos que se pueden usar para lograrlo, como los tiempos verbales, la longitud de las frases, etc... pero que el ritmo sea realmente adecuado es una suerte de 'baile' entre la morfología del texto, el léxico y la semántica. Un hermoso y salvaje baile.
¿Se conserva el ritmo en los relatos interactivos? En realidad sí, pero es mucho más difícil de 'controlar'. Si quieres transmitir una sensación de urgencia, por mucho que escribas con frases cortas o ultra cortas, si el interlector no pulsa de forma frenética los enlaces el 'ritmo' de urgencia no se mantendrá. En la ficción interactiva el interlector es siempre el que controla el discurrir y por lo tanto puede afectar muchísimo al ritmo.
Si quieres que más o menos se mantenga el ritmo que tienes pensado para cada parte del relato puedes jugar con algunos trucos. Un hecho interesante es que muchos interlectores son 'impacientes', al menos en la primera lectura. Muchos se precipitan a 'clickar' los enlaces que parecen lógicos para avanzar en la acción. Si quieres meter a tu interlector en un frenesí de urgencia, crea textos de escena cortos, déjale muy claro cuáles de los enlaces son de acción, y ponle bien visible aquellos que te conviene que crean que son la solución, y, encima, borra el texto cuando pulse en el enlace. De esta forma el interlector impaciente -que son muchos- se verá en una secuencia de textos cortos enlazados por acciones y se volverá más y más frenético, hasta llegar a la angustia que la sensación de urgencia que querías expresar requiere. Si requieres transmitir una sensación de meditación, algo lento y muy pausado, haz lo contrario. Textos algo más largos -nunca demasiado largos, porque los interlectores impacientes simplemente se lo saltarán- y en los primeros párrafos no incluyas ni una sola acción, por sólo enlaces a pasajes de exploración y varios niveles.
Estas diferencias tienen al menos una ventaja. En un relato tradicional simplemente no puedes pasarte con la cantidad de información y de texto. Eso destruye el ritmo y aburre al lector, sin embargo en el caso de la ficción interactiva puedes dejar información adicional en niveles de descripción que el interlector simplemente puede ignorar para ir a lo concreto, a la acción. Para ilustrar este hecho he creado esta versión de Huesos que avanza un poco más en el relato, pero sobre todo que mete bastante más información que no estaba en el relato original, pero que al estar conectado de forma periférica simplemente no rompe el ritmo de lectura, ya que es el propio usuario el que ha solicitado ampliar la información.
Bien, esto va cogiendo forma, pero aún no hemos atacado la parte más complicado del relato original. Los dos siguientes párrafos del relato son básicamente un elipsis encubierta. El autor nos engaña -sí soy malvado- y parece hacernos ver cómo la anciana va abriendo tinajas, remueve los restos dentro de ellas y rescata lo que puede en los dos primeros sacos. Incluso se permite sacar a la anciana del túmulo en un fragmento de texto que probablemente es bastante redundante, no muy bien conseguido, y todo es para trasmitirnos la sensación de tiempo, de acción repetitiva sin que haya en realidad ninguna acción repetitiva en absoluto en el texto. Al tiempo que nos produce un poco de sopor, de normalidad, de rutina, que puede así contrastar más adelante con la tensión y la extrañeza de encontrar el cadáver del sacerdote.
Transcribir tal cual esta elipsis simplemente no funcionaría aunque es tentador. Necesitamos provocar al interlector el mismo tipo de sensación de normalidad, de rutina, que crea el relato. Una forma de generar esa sensación en un interlector es llevarlo a pensar que está 'resolviendo un juego'. Si lo situamos ante lo que parece un puzle a resolver, estamos jugando con las convenciones de lo interactivo y el interlector se olvidará del contexto pasando a 'modo de resolución', que es equivalente a lo 'rutinario' en un lector normal. Así que tenemos que intentar presentar el vaciado de las tinajas como un 'juego' de alguna clase, algo a resolver.
Para lograr esto vamos a tener que hacer un poquillo de código, algo que permita 'repetir' la acción de 'abrir tinaja' y que, sin embargo, de un resultado diferente y preferiblemente uno que varíe de una lectura a otra, de forma que si el interlector relea la obra le de algo más de sensación de realismo. Evidentemente esto se puede lograr con un cuidado diseño de enlaces fijos, pero mejor veamos un poco de cómo se codifica en Squiffy.
En la documentación de Squiffy podéis ver varias secciones que hablan de cómo se puede incluir código en Squiffy. La forma más habitual de hacerlo con esta herramienta es añadiendo javascript a la estructura de nuestro relato interactivo, como se explica aquí, jugando con atributos, como se explica aquí y/o haciendo 'saltos' programados de unas secciones a otras como se explica aquí.
Una estructura simple que podemosa usar es tener una sección que contenga una llamada a función de javascript que haga un salto a una sección u otra de forma condicional, esto se hace de esta forma:
En este caso estamos usando un contador de squiffy que se incrementa cada vez que se pulsa en 'pan' y se salta a una sección numerada. Lo que se consigue con esto es separar el texto de cada clase de pan de la lógica que llega a la siguiente. De hecho el código de antes da un resultado bastante obvio, siempre el mismo y que no merece la pena hacerlo con código. La gracia es que podemos cambiar ese comportamiento cambiando sólo la lógica escrita en pan para dejar por ejemplo un avance aleatorio, como este:
Este ejemplo ya se acerca bastante a lo que queremos, una secuencia más o menos aleatoria de secciones que representen el buscar entre las tinajas y que nos lleve a un determinado final. Pero en nuestro caso no vamos a querer que una misma tinaja se repita, para ellos sustituiremos la lógica central del ejemplo por esta otra:
En la que usamos una variable de squiffy -tinajas- como una cadena en la que vamos marcando las que ya hemos abierto hasta que llegamos a la del sacerdote por suerte o porque no queda ninguna otra. Además hemos añadido una condición para que al menos abra tres tinajas antes de que aparezca como alternativa la del sacerdote. Por fin tenemos un texto variable, que da la sensación de mostrarnos el trabajo de rescatar los restos y al tiempo no es excesivamente larga como para aburrir.
Aquí podéis ver el resultado final.
Transcribir tal cual esta elipsis simplemente no funcionaría aunque es tentador. Necesitamos provocar al interlector el mismo tipo de sensación de normalidad, de rutina, que crea el relato. Una forma de generar esa sensación en un interlector es llevarlo a pensar que está 'resolviendo un juego'. Si lo situamos ante lo que parece un puzle a resolver, estamos jugando con las convenciones de lo interactivo y el interlector se olvidará del contexto pasando a 'modo de resolución', que es equivalente a lo 'rutinario' en un lector normal. Así que tenemos que intentar presentar el vaciado de las tinajas como un 'juego' de alguna clase, algo a resolver.
Para lograr esto vamos a tener que hacer un poquillo de código, algo que permita 'repetir' la acción de 'abrir tinaja' y que, sin embargo, de un resultado diferente y preferiblemente uno que varíe de una lectura a otra, de forma que si el interlector relea la obra le de algo más de sensación de realismo. Evidentemente esto se puede lograr con un cuidado diseño de enlaces fijos, pero mejor veamos un poco de cómo se codifica en Squiffy.
En la documentación de Squiffy podéis ver varias secciones que hablan de cómo se puede incluir código en Squiffy. La forma más habitual de hacerlo con esta herramienta es añadiendo javascript a la estructura de nuestro relato interactivo, como se explica aquí, jugando con atributos, como se explica aquí y/o haciendo 'saltos' programados de unas secciones a otras como se explica aquí.
Una estructura simple que podemosa usar es tener una sección que contenga una llamada a función de javascript que haga un salto a una sección u otra de forma condicional, esto se hace de esta forma:
@start Inicio [[]]: @clear [[Inicio]]: @set count = 0 Estamos en una panadería repleta de hogazas de pan. Cojo una hogaza de [[pan]]. [[pan]]: var count = squiffy.get("count") var next = "pan" + count squiffy.set("count", count + 1) squiffy.story.go(next) [[pan0]]: Es una hogaza de pan negro fragante y ácida. ¡Quiero [[más]](pan)! [[pan1]]: Es una hogaza de pan blanco deliciosamente tierno. ¡Quiero [[más]](pan)! [[pan2]]: Es una hogaza de pan de semillas. Llena demasiado. ¡Ya basta de pan!
En este caso estamos usando un contador de squiffy que se incrementa cada vez que se pulsa en 'pan' y se salta a una sección numerada. Lo que se consigue con esto es separar el texto de cada clase de pan de la lógica que llega a la siguiente. De hecho el código de antes da un resultado bastante obvio, siempre el mismo y que no merece la pena hacerlo con código. La gracia es que podemos cambiar ese comportamiento cambiando sólo la lógica escrita en pan para dejar por ejemplo un avance aleatorio, como este:
@start Inicio [[]]: @clear [[Inicio]]: @set count = 0 Estamos en una panadería repleta de hogazas de pan. Cojo una hogaza de [[pan]]. [[pan]]: var count = squiffy.get("count") var next = "pan" + Math.floor(Math.random() * 3); squiffy.set("count", count + 1) squiffy.story.go(next) [[pan0]]: Es una hogaza de pan negro fragante y ácida. {if count< 3:¡Quiero [[más]](pan)!}{else:¡Ya basta de pan!} [[pan1]]: Es una hogaza de pan blanco deliciosamente tierno. {if count< 3:¡Quiero [[más]](pan)!}{else:¡Ya basta de pan!} [[pan2]]: Es una hogaza de pan de semillas, crujiente y deliciosa. {if count< 3:¡Quiero [[más]](pan)!}{else:¡Ya basta de pan!}
Este ejemplo ya se acerca bastante a lo que queremos, una secuencia más o menos aleatoria de secciones que representen el buscar entre las tinajas y que nos lleve a un determinado final. Pero en nuestro caso no vamos a querer que una misma tinaja se repita, para ellos sustituiremos la lógica central del ejemplo por esta otra:
[[huesos belaiska]]: @set count = 0 @set tinajas = 012345x Dejó la lámpara sobre la tinaja de al lado y, con cuidado, pero con toda la prisa que podía darse, los introdujo en el primer saco. Hueso a hueso. Bien colocados casi no ocuparon nada. Aun así allí había muchos cuerpos que recoger. Todos los muertos desde la fundación de la ciudad. Muchas más [[tinajas]](abrir tinaja) que abrir y revisar. [[abrir tinaja]]: var count = squiffy.get("count") var cadena = squiffy.get("tinajas") if ( cadena == "------x" ) { next = "tinajax" } else { var rango = 6 if ( count > 2 ) { rango = 7 } var seleccionado = "-" while ( seleccionado == "-" ) { var index = Math.floor(Math.random() * rango) seleccionado = cadena[index] } var next = "tinaja" + cadena[index]; cadena = cadena.substring(0, index) + "-" + cadena.substring(index + 1) squiffy.set("tinajas", cadena) } squiffy.set("count", count + 1) squiffy.story.go(next)
En la que usamos una variable de squiffy -tinajas- como una cadena en la que vamos marcando las que ya hemos abierto hasta que llegamos a la del sacerdote por suerte o porque no queda ninguna otra. Además hemos añadido una condición para que al menos abra tres tinajas antes de que aparezca como alternativa la del sacerdote. Por fin tenemos un texto variable, que da la sensación de mostrarnos el trabajo de rescatar los restos y al tiempo no es excesivamente larga como para aburrir.
Aquí podéis ver el resultado final.
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