25.8.19

Relatos Rechazados: CONCLUSIONES FINALES SOBRE KRR4Z-III

Llega el turno de publicar mi segundo relato mandado para Actos de FE. En este caso en forma de falso informe técnico.




CONCLUSIONES FINALES SOBRE KRR4Z-III

Lo primero que debo decir es que no puedo estar más orgullosa con la eficacia y profesionalidad de todos los miembros del equipo. Consideramos la expedición al planeta en la tercera órbita de la estrella con denominación KRR4Z  como un éxito y ello es debido a las siguientes razones:

  1. Se ha podido confirmar el origen artificial de las señales en radiofrecuencia del grupo KRR4Z-QST desde la 45006 hasta la 76023. Incluso se ha podido reconstruir la 57831 como una señal visual codificada de forma arcaica, aunque ingeniosamente comprimida, tal y como se ha detallado en el capítulo número 15 de este informe. Sospechamos que casi todas las señales de la misma banda de la 57831 podrán ser reconstruidas como fragmentos de animación visual similares. Estamos convencidos de que en la cultura dominante de este planeta usaba masivamente visuales para comunicarse y sobre todo para entretenimiento.

  1. Como se ha podido ver en el capítulo nueve, descubrimos que dicha cultura tenía una enorme tendencia a usar una parte desproporcionada de su tiempo y de sus recursos al entretenimiento. Vamos a afirmar que nos encontremos con el primer caso de la postulada clase cuatro de culturas hedocéntricas.

  1. Sin duda este lugar es único en muchos sentidos. Las grandes ruinas que hemos encontrado no dejan lugar a dudas: la civilización de KRR4Z-III había superado ampliamente la fase industrial (aunque, aparentemente, no la fase de consumo de combustibles fósiles) antes de su caída.

  1. Aunque parezca sorprendente para un planeta tan pequeño (véase las características del mismo en el capítulo tres), hemos podido estimar el total de la población de la única especie inteligente (o al menos civilizada) en miles de millones de individuos, tal vez diez mil millones (pueden verse las razones de esta deducción en los capítulos ocho y veintidós). Eso implica una presión enorme sobre la bioesfera del planeta, presión que provocó una extinción masiva de plantas y animales. Esta extinción explica, a su vez, o, al menos, en gran parte, la reducida diversidad biológica de KRR4Z-III así como la inexistencia de cadenas tróficas largas o de ecosistemas con extensas redes de dependencia.

  1. Hemos encontrado que los habitantes de la civilización caída, llevados por la desesperación, intentaron regular la bioesfera al completo, buscando una suerte de ecología circular en su propio beneficio. Esto no está completamente demostrado (las pruebas que lo sugieren se encuentran en el Anexo C), pero estamos convencidos de que esta civilización había iniciado un camino de máximo aprovechamiento Gaia equivalente a la que completaron con éxito los Glubblalys. Se sabe, por el Teorema de Bioformación Siete, que una civilización hedocéntrica de nivel superior a uno no puede completar la minimización Gaia y, como en este caso podríamos estar hablando de una hedocéntrica muy superpoblada de nivel cuatro, la minimización de la ecología fracasó. Tal fracaso los llevaría a un colapso completo y a la desaparición de la civilización

Suena lógico y ortodoxo. Esa sería la conclusión estándard: un caso más de colapso por Teorema Siete. La galaxia está repleta de las ruinas de civilizaciones que cayeron en esta trampa. Pero este grupo de investigación está preparado para sugerir que este caso es muy diferente, creemos que el colapso se debe al Teorema Dos de la Bioformación, y que representa un devenir no encontrado hasta ahora en ninguna otra civilización caída.

Pero antes repasemos en detalle los datos más relevantes que hemos descubierto y que nos llevan a esta heterodoxa conclusión.

Tecnologías avanzadas principales de la civilización caída

En el capítulo veintiuno se han detallado todas las tecnologías industriales y post-industriales que las pruebas arqueológicas pueden confirmar. Cabe resaltar un subconjunto de ellas:

  1. Tecnologías industriales confirmadas que implican un deterioro rápido del ecosistema:
    1. Extracción de combustibles fósiles mediante inyección de líquidos a presión en el subsuelo: esta tecnología, en cualquiera de sus múltiples formas, está presente en muchas civilizaciones caídas dependientes de los combustibles fósiles. Incapaces de sostener su producción energética recurren a estas medidas desesperadas que contaminan el manto freático y provocan temblores; así como muchos otros problemas (listados en la sección 7.21).
    2. Producción masiva de plásticos no degradables: se estima que esta civilización producía anualmente tal cantidad de plásticos no degradable que en sus mares debían formarse islas de dicho material del tamaño de ciudades o incluso de países.
    3. Uso masivo de fertilizantes: en una desesperada carrera para producir el alimento necesario para su inmensa población hay pruebas claras de que explotaron todas sus fuentes de fertilizantes hasta agotarlas, haciendo un uso muy ineficiente de los mismos. Tanto que es casi seguro que las algas excedentes en lagos y ríos habrían matado a toda la vida animal de agua dulce.

  1. Tecnologías post-industriales confirmadas que implican un uso exacerbado de energía sin ningún uso práctico:
    1. Existencia de una red global de información sin restricción alguna y sin control de acceso o de contenidos. Estas redes que en principio parecen una gran ventaja para la investigación, son en realidad un problema, sobre todo en sociedades tan hedocéntricas. En estas civilizaciones devienen finalmente en redes de entretenimiento con fuerte índice de enganche y dependencia, lo que resta no sólo efectividad intelectual a la población, sino que provoca la necesidad de enormes granjas de servidores de alto consumo energético dedicados en exclusiva al mantenimiento de juegos o noticias de cotilleo sin ningún valor para la civilización.
    2. Tecnologías médicas de embellecimiento: estas tecnologías, habituales entre las civilizaciones caídas hedocéntricas, producen un desvío de recursos desde la medicina necesaria hacia la recreativa, lo que a su vez produce un efecto de competición artificial en cánones de belleza irreales, lo que provoca un incremento de las necesidades de estas tecnologías médicas innecesarias, y así en una espiral de gasto muy peligrosa.
    3. Tecnologías de deportes de riesgo: la existencia de tecnologías necesarias para deportes de riesgo improductivos como el vuelo sin máquinas, la escalada sin sistema de respiración artificial, o la inmersión en aguas peligrosas, es una de las pruebas que aportamos para afirmar que esta civilización caída es hedocéntrica de clase cuatro. No sólo era compulsivamente recreativa, sino que incluso se ponían en riesgo voluntariamente para una breve inyección de entretenimiento. Los miembros de esta sociedad incluso gastaban enormes cantidades de la energía disponible para llegar a lugares distantes y practicar estos deportes de riesgo.

  1. Tecnologías biológicas relevantes:
    1. Obtención del mapa genético: hay pruebas suficientes que demuestran que esta civilización alcanzó el nivel técnico necesario no sólo para analizar toda su propia información genética, sino el del resto de las especies del planeta. Debieron disponer por lo tanto del mapa genético completo tanto de plantas como de animales, así como del resto de los reinos presentes (véase el árbol de las especies encontradas en el capítulo veinticuatro).
    2. Clonación: no hay pruebas de que la civilización acelerase su crecimiento poblacional, y por lo tanto la catástrofe, mediante la clonación de su propia especie; sin embargo, hay pruebas concluyentes de que usaron estas técnicas con sus animales y plantas de consumo. Esto aceleró la reducción de diversidad genética y la fragilidad de los ecosistemas.
    3. Modificación genética: finalmente, hay pruebas claras de que alcanzaron a tener la capacidad de modificar muchas de las especies del planeta. Tal vez por ello pensaron en la posibilidad de una ecología circular minimizada. Esto ya los habría condenado a una trampa de tipo siete, pero como hemos anunciado creemos que los llevó a un nuevo tipo de declive, una trampa de tipo dos.

  1. Tecnologías bélicas y espaciales relevantes:
    1. Carencia de viaje espacial efectivo: es casi seguro que la civilización alcanzó algunos de los planetas más cercanos. A buen seguro llegaron hasta el satélite del planeta, en donde se han encontrado naves y artefactos que parecen contener símbolos identificativos de, al menos, dos estados-nación diferentes. Sin embargo, estas naves eran muy primitivas y carentes de la tecnología de escudos imprescindible para cualquier viaje espacial de relevancia. Los individuos que se aventurasen al espacio con tales artefactos, a buen seguro, tendrían graves problemas de salud a su regreso.
    2. Armamento nuclear de aniquilación: incluso en la actualidad hemos podido encontrar (y hemos desarmado para mayor seguridad) armamento nuclear suficiente para destruir varias veces la superficie del planeta. Si no hubiesen alcanzado el declive por otras razones es posible que se hubiesen destruido en una guerra mundial de la misma magnitud que las de los casos: KrrKT o Slalomu.
    3. Producción excesiva de armas privadas: se han encontrado restos de múltiples armas antiguas. Armas personales, como si cada ciudadano de esta civilización tuviese que defenderse a sí mismo. Algunas civilizaciones hedocéntricas son violentas o contienen un sistema social basado el absurdo concepto de propiedad privada ilimitada que las lleva a temer que lo que ‘les pertenece’ les sea robado. Tal vez sea el caso de este singular planeta.

Especies más extendidas en el planeta

Otro dato relevante para nuestras conclusiones es la peculiar distribución de algunas de las especies del planeta:

  1. La especie de mayor éxito planetario es sin duda la que hemos llamado ‘aumovuno’, de autótrofo móvil uno. Esta especie es capaz de producir su propio sustento a partir  tan sólo de luz solar, agua y una mínima provisión de minerales que chupando o lamiendo las piedras adecuadas. Esta especie se encuentra en todos los ecosistemas de la superficie planetaria, desde zonas áridas, hasta árticas, pasando por los grandes bosques del ecuador.
  2. En segundo lugar, se encuentra otra especie autótrofa, a la que hemos denominado, ‘auinuno’, de autótrofo inmóvil uno. Esta especie se encuentra por todas partes. Hierba de fácil reproducción que genera un número excesivo de semillas de un enorme valor nutritivo. Su eficiencia en la generación de calorías alimenticias, así como la limpieza de casi todos sus defectos genéticos, nos hace sospechar de que se trata de la última planta creada por la civilización caída para su sustento. Auinuno es actualmente la base de una gran cantidad de cadenas tróficas, y el sustento de la mayor parte de los animales no autótrofos del planeta.
  3. Otro animal destacable es el ‘marmovuno’, de animal marítimo móvil uno. El marmovuno domina en gran parte de los mares del planeta. Como el aumovuno es autótrofo, pero puede alimentarse de otros animales si la luz es escasa, incluso puede alimentarse de otros marmovuno en caso necesario. Vive una cantidad muy considerable de tiempo sin que deje de crecer en ningún momento, por lo que hay marmovuno de todos los tamaños, desde el más pequeño al más colosal. En algunas partes el marmovuno constituye el ecosistema completo. Debido al Teorema Cero de la Bioformación, el marmovuno no puede ser natural, ya que constituye el único componente de alguno de los ecosistemas del planeta. Las anormalidades de varias partes de su genoma confirman su origen artificial.

Elementos claves adicionales para nuestras conclusiones

La conclusión que vamos a presentar, sabemos que controvertida por novedosa, se sustenta además en algunos aspectos sorprendentes que incrementan nuestra confianza de que este planeta es algo único:

  1. Carencia de rastros de aniquilación por conflicto final: en una civilización tan armada como la estudiada, la crisis final de recursos suele desembocar en un conflicto de tipo apocalipsis. Considerando al armamento nuclear encontrado, aún activo, lo normal hubiese sido que encontráramos un planeta devastado por completo, con extensas zonas aún afectadas por envenenamiento radiactivo. No sólo no hay pruebas de uso parcial del armamento nuclear, sino que ni siquiera parece haber habido una guerra mundial final de tipo convencional. No hay zonas urbanas ampliamente bombardeadas, ni monumento a los caídos, ni extensos cementerios. Esto fue lo primero que nos puso sobre la pista.
  2. Presencia de grandes jaurías de animales de compañía: en el capítulo trece se puede ver cómo varios de los animales más exitosos son pequeños depredadores que fueron antes del colapso animales de compañía de los miembros de la civilización caída. Al principio pensamos que se trataba de muchas especies diferentes pero el análisis genético demostró que se trataba de sólo una especie y que la diversidad morfológica entre ellos era producto de la domesticación y de la selección artificial. ¿Cómo es posible que los animales de compañía hubiesen sobrevivido a los conflictos finales del colapso? En casi todos los casos registrados los animales de compañía habían pasado a ser ganado y aprovechados por su carne cuando el colapso comenzó. Sin embargo, en este planeta, han sobrevivido y proliferado.
  3. Carencia de intentos de emigración final: en muchos casos, como el ya mencionado Slalomu, cuando la civilización se ve abocada a su final se hacen intentos desesperados por colonizar otros planetas del sistema solar. Intentos condenados, por supuesto, pero cuyas colonias resultantes (destruidas o abandonadas) pueden encontrarse en los planetas más cercanos. A veces, cuando la criogenización es viable, se encuentran cápsulas con individuos preservados, o aún más frecuentemente un reservorio de semillas y de embriones. No existe en este planeta ninguna de estas formas de intento de preservación.
  4. Carencia de pruebas de un suicidio colectivo final: en algunos casos la civilización, una vez deducido que el colapso es inevitable, y llevada por la culpa realiza un acto final de contrición y arrepentimiento en forma de un suicidio ritual colectivo. Típicamente hace lo posible por permitir que la naturaleza siga su curso tras ellos y acaban con su vida. Esto podría ser consistente con las otras circunstancias de ese caso, pero no con su alto hedocentrismo. Además, habitualmente, la civilización prepara para estos casos tumbas enormes rituales, o sistemas de grabación de mensajes para la posteridad. Nada de todo eso se ha encontrado durante esta expedición.

Conclusión final

¿Qué le ocurrió entonces a la civilización de KRR4Z-III? Llegado a este punto podemos apuntar una conclusión revolucionaria (en los apéndices se pueden encontrar todas las pruebas necesarias): los habitantes de KRR4Z-III se transformaron en los aumovuno y retornaron a un estadio primitivo de existencia.

Los aumovuno tienen una similitud morfológica enorme con los habitantes civilizados del planeta, tanta que originalmente pensamos que eran parientes evolutivos cercanos. Parientes que, por su proximidad morfológica, habrían sido excluidos de la domesticación y transformación en ganado por parte de la civilización. Pero esto no podía ser correcto por varias razones: la similitud era extrema, no resultaba concebible que los aumovuno y los habitantes desaparecidos hubiesen compartido casi toda la historia evolutiva para adquirir de forma natural la autotrofía en fases finales. Y el Teorema Dos establece que los animales autótrofos no pueden constituir civilización por carencia de interés en mejorar su producción alimenticia y falta de presión evolutiva, por lo que los habitantes de nuestra civilización no podían ser autótrofos. Los aumovuno tenían que ser artificiales, pero, ¿por qué crear unos animales autótrofos tan semejantes a ellos mismos?

El descubrimiento de los auinuno y, sobre todo, los marmovuno nos dio la clave. Los habitantes de KRR4Z-III mediante técnicas de ingeniería genética se habían embarcado en un proyecto de simplificación de la biosfera capaz de soportar su ingente y aún creciente población. Seguramente el primer paso fue la creación del sustento ideal, capaz de crecer casi cualquier parte, el auinuno. Pero dada la magnitud de los océanos del planeta crear una versión marina era una necesidad. Ahí entraron los marmovuno. Crearon seres autótrofos capaces de rellenar incluso los ecosistemas muertos, exhaustos largo tiempo atrás,

Pero, ¿por qué quedarse ahí? Si los marmovuno funcionan (y lo hacen muy bien), ¿por qué no modificarse a ellos mismos y proporcionarse autotrofía? Nosotros sabemos por qué no debieron hacerlo: por el Teorema Dos, pero ellos desconocían los Teoremas de la Bioformación. Estamos convencidos de que crearon una plaga vírica que los transformó en seres autótrofos. Seres que ya sólo necesitarían luz, agua y algo de minerales: los aumovuno.

El cambio ocurrió probablemente en una generación, y muy poco después el Teorema Dos (que ahora sabemos que se aplica no sólo al surgimiento de una civilización, sino, como vemos, a su mantenimiento) entró en acción. Las nuevas generaciones ya no requerían esforzase para obtener su sustento. Un buen vaso de agua limpia y un rato al sol mientras respiraban profundamente era suficiente para estar sanos y pletóricos de energía. ¿Para qué iban a preocuparse por nada? Si añadimos además la naturaleza hedocéntrica intensa de la especie, es probable que se abandonasen las ciudades (que requieren una considerable organización para su mantenimiento) en no más de dos generaciones. ¿Cuánto tardarían en abandonar el resto de los aspectos de la civilización? Un ser autótrofo casi no necesita del resto de sus congéneres para vivir. De hecho, ni siquiera necesita del cuidado de sus padres demasiado tiempo. Creemos que la degeneración se fue extendiendo cada vez más hasta el abandono completo de las actividades civilizadas, e incluso del habla.

Los habitantes de KRR4Z-III no fueron exterminados, ni murieron de forma espantosa, simplemente alcanzaron un destino más agradable para una especie hedocéntrica de clase cuatro; dejaron de ser esforzados individuos civilizados para encontrar una forma feliz de existencia inconsciente. Ahora son un animal más de su planeta, capaces de sobrevivir casi sin esfuerzo, interesado tan sólo en el juego y el placer.

Petición de recursos de exploración

Creemos que, aunque controvertidas, estas conclusiones no son rebatibles. Estamos dispuestos a demostrar que cualquier crítica que se haga a ellas es errónea, los habitantes de KRR4Z-III eran hedocéntricos de clase cuatro y su propia naturaleza los llevó a evolucionar en un animal feliz carente de necesidades que exijan la existencia de una civilización avanzada; y que, por lo tanto, son una prueba de una nueva aplicación del Teorema Dos de la Bioformación. El teorema debe reformularse, como hemos demostrado: los seres autótrofos no sólo no pueden generar de forma natural una civilización, tampoco pueden sostener una ya preexistente.

Entendemos que este cambio de paradigma deberá ser discutido, pero no podemos dejar de aprovechar estos descubrimientos para hacer una petición de recursos. Este equipo considera demostrado el hedocentrismo de clase cuatro y cree poder demostrar la existencia del hedocentrismo de clase cinco.

Solicitamos que le expedición se alargue y se nos permita resituarnos en un sistema a tan sólo 15 años luz de aquí. El sistema denominado (por la civilización caída) como Sol, en su tercer planeta (llamado por ellos Tierra), contuvo una civilización avanzada post-industrial de seres llamados ‘humanos’ que estamos convencidos que son hedocéntricos de clase cinco.

Si tan sólo nos permitiesen un estudio de campo de no más de dos décadas, creo que podremos demostrar que los humanos se han recluido en un sistema de entretenimiento permanente huyendo de la percepción del desastre ecológico que han provocado.

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