2.7.20

El desconfinamiento de un blog

He tenido este blog muy abandonado. Ha sido por buenos motivos, o, al menos, por motivos que a mí me han parecido buenos.

Antes del confinamiento dejé mi trabajo alimenticio —diría que ya lo conté en otra entrada, pero por si acaso lo vuelvo a decir— porque me dieron esa oportunidad, porque me apetecía y porque tenía libertad financiera más que suficiente, y me he dedicado desde entonces a una de las cosas que de verdad me llena: crear historias. Me gustaría decir escribir, pero tal vez es un poco pronto para usar esa palabra y crear historias es el núcleo de lo que amo de escribir. 

Cuando dejé el trabajo algunos me decían que me iba a aburrir, que tendría que coger otra cosa de lo mío en seguida para tener algo que hacer en ese contexto lo mio se supone que sería algo de programación o de ingeniería—, pero no. La realidad es que me han desaparecido manchas de la piel, que la sequedad del codo, que llegó a ser un problema serio, casi no se nota, que he perdido peso y que me siento relajado. Casi en paz. Faltaría que regresase el pelo a mi cabeza, pero eso sería más bien cosa milagrosa y no creo que los dioses se dediquen a hacer favores a los ateos practicantes y proselitistas como yo.

En este tiempo he dedicado todas las mañanas entre tres y cuatro horas a la escritura, aunque no solo a escribir. He estado leyendo artículos, libros y blogs sobre cómo escribir. En toda clase de ámbitos: desde normas básicas de uso de las comas, hasta reflexiones muy abstractas sobre ritmo o estructura de los relatos. He intentado hacer cursos, pero te ponen tareas y, de momento, eso de tener tareas me recuerda demasiado a trabajar. 

Además he estado escribiendo lentamente, cuidadosamente, reflexivamente aunque como veis no siempre evito la repetición, ni los superadverbios que bien usados me parecen supersvarios relatos para diversas convocatorias, más como ejercicio y reto que con auténticas esperanzas de resultar seleccionado. Creo que estoy aprendiendo bastante. Las últimas cosas que he escrito me parecen más sólidas, con mejor ritmo, y, para ser sinceros, con menos cagadas. 

O algo parecido. Soy muy de meter cagadas, que le vamos a hacer, pero ahora estoy intentando usar bien a los lectores iniciales me niego rotundamente a llamarlos betas, eso de beta lo dejo para mi vida previa de programador y estoy pillando buenos correctores para que me de un repaso a los textos antes de mandarlos a la convocatorias. 

También podría decir que estoy explorando/desarrollando mi estilo, pero mentiría. Algo se está fraguando, a mi pesar, preferiría ser un escritor que cambiase con cada historia y cuyo estilo no fuese reconocible. ¿Es tal cosa posible? No estoy seguro, pero me gustaría.

Yendo a lo práctico muy pronto estará 'Cuentos de hierro y pólvora', el primer volumen en este caso de cuentos, aunque conforman un todo unificadodel mundo ucrónico y de fantasía que he llamado 'Colonos de Tulgia'. Espero que en pocos días podáis disfrutarlo, se ha hecho con todo el cariño que he sido capaz. Y ahora que he desconfinado el blog, espero manteros informados sobre los siguientes proyectos que tengo entre manos.


2 comentarios:

Santiago Eximeno dijo...

Genial. Me alegro mucho, este cambio es para bien.

Ruber Eaglenest dijo...

Ciertamente. Es una alegría leerte.